Antonio Rubio Hortelano

Nacido el 14 de Junio de 1954, nos dejó el 9 de Agosto de 2001.

Ese mismo año, uno de los maestros de la escuela que fundó su padre, don Jesús, le había hecho una preciosa poesía que leíamos en su funeral.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Antonio:
te recuerdo en todos tus instantes,
los engarzo en mi alma meditándolos todos
y a cada uno de ellos les enciendo una lámpara
porque los veo sencillamente hermosos.

Es que tú los sublimas,
al aceptarlos todos
con tesón y grandeza
y los abrazas todos con virtud trascendente.

Tú eres así
y te enseñó a ser así,
El primero, tu padre;
—aquel hombre inmenso
con voluntad gigante—

Pues sigue así, Antonio, sigue así,
ofreciendo tus penas en altares eternos,
haciendo con tus días un ara luminosa
donde en ella se inmolen tus penas y esperanzas.

Mira constante al cielo
sin turbarse tus ojos,
no permitas nunca que tu tesón decaiga,
agárrate fuerte al báculo de Cristo.

Él es la fuerza.
El Poder invencible.
El milagro perenne.
El Corazón grandioso
donde cabemos todos.

El amigo perenne que a todos acompaña.
Él es Amor, Amor, Amor.

Por eso:
adéntrate en Él sin temores, ni obstáculos
y verás con qué bríos saltarán tus sentidos
refulgentes e indómitos como huracán amable.
Yo sé que todo esto lo meditas constante como
verdad palpable, porque eres bueno.

Antonio:
No decaiga tu espíritu en la busca posible.
Sigue mirando al frente, aunque te azote el viento.
Si te cubren, a veces, huracanes oscuros,
abre tus brazos tensos,
forma con ellos una cruz de estrellas.

Estate así...
y verás cómo te envuelve
un sol que te levanta

 Jesús García Aldeguer,
Murcia, fiesta de san Antonio 2001.

 

Vivió los últimos años de su vida sufrió una esclerosis múltiple que le hizo sufrir de manera tremenda, y que sirivó también para que los que le tratábamos conociéramos su verdadera dimensión humana. Un gigante entre guiñapos que diría aquél. Mn. Manel Homar el día que lo enterrábamos decía que no le había oído quejarse ni una sola vez a Dios de su enfermedad. Yo tampoco. Cuando alguien le preguntaba: ¿cómo estás?, él siempre decía. 'Fastidiado pero contento'. (Bueno, usaba un sinónimo).

Antonio colaboró en los últimos años con la Fundación Obra Cultural, para remodelar su página de internet, y allí, José Antonio Capín hizo una preciosa semblanza que puedes leer aquí. Yo no lo se decir mejor.

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