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La Conversión

San Cugat, 24-26 de marzo de 2000 Director: Mn. José Ángel Saiz

Preliminares

De jóvenes 'macos', tesoros y buenas noticias

Distintas percepciones de la vida cristiana 
Pero... 'Evangelio' significa buena noticia..
...una noticia alegre que se complementa con la sed profunda del ser humano  
El que encuentra a Jesús, encuentra el tesoro
Una vez encontrado ese tesoro, un salto en el vacío: de 'maco' a santo.

Conversión: qué no es, síntomas, comprobaciones

Qué no es la conversión
Síntomas de la no—conversión
1. Envejecimiento interior
2. La rutina como forma de vivir
3. Convertirse en el centro de la vida y del universo vital y mental
Comprobación de nuestra conversión

La conversión

Aceptación  
Convertirse es dejarse cambiar el corazón 
Convertirse es dejarse seducir
 
Convertirse es dejarse podar
 
Convertirse es morir para renacer

El cómo, el cuándo, el dónde

Desierto: oración, soledad, silencio 
Dolor y cruz 
Gozos y gloria

Un camino largo, con dificultades y altibajos

Un camino fructífero desde la unión con el Señor. Un camino recorrido en familia.

Preliminares

Nos encontramos inmersos en el tiempo litúrgico de Cuaresma; también en la celebración de un año Jubilar, año especial de gracia, y coincidiendo con la peregrinación de Juan Pablo II a Tierra Santa. Unas coincidencias ciertamente significativas. Así como decimos que los niños y adolescentes no suelen crecer de un modo perfectamente regular, sino más bien a tirones, a veces en nuestra vida espiritual también se producen una especie de tirones. Hay momentos privilegiados, momentos de Tabor. Son momentos que se dan cuando se dan. Y hemos de estar prontos para aprovecharlos.

Pautas para situarnos.

  • Los Ejercicios son una gracia, un don de Dios. Disponemos sólo de 2 días para ejercitarnos.
  • Son Ejercicios con Cristo. Yo con Cristo.
  • Son un momento privilegiado de encuentro, de relación profunda (Tabor).
  • Hemos de tener una disposición interior decidida para superar las dificultades
  • dificultades externas: nuevo lugar, problemas actuales en la familia, trabajo, ambientes diversos en que nos movemos… ruidos. Hay que olvidar todo lo que distrae.
  • internas: imaginación, inestabilidad personal, etc.

Las claves para entrar a fondo:

  • Silencio interior y exterior más allá de la mera disciplina. Será un retiro breve y no podemos permitirnos largos procesos para entrar en el silencio. Silencio "de los hombres" para poder escuchar mejor a Dios. Silencio enmarcado en la plegaria de Samuel

«¡Habla, Señor, que tu siervo escucha!». (1 S 3, 10)

  • Oración. La oración ha de ser la principal actividad de estos días. El Retiro ha de ser sobre todo experiencia de oración. Iniciarse en la oración o robustecer el hábito si ya se ha adquirido.
  • Apertura interior a la Palabra. Para situarnos: Mt. 13, 4-9

Parábola del sembrador.

Decía: «Salió un sembrador a sembrar. 4 Y al sembrar, unas semillas cayeron a lo largo del camino; vinieron las aves y se las comieron. 5 Otras cayeron en pedregal, donde no tenían mucha tierra, y brotaron enseguida por no tener hondura de tierra; 6 pero en cuanto salió el sol se agostaron y, por no tener raíz, se secaron. Otras cayeron entre abrojos; crecieron los abrojos y las ahogaron. 8 Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta. El que tenga oídos, que oiga.»

Cuatro tipos de terreno. Cuatro disposiciones del corazón:

1. El camino es el terreno duro e impenetrable. Esquemas cerrados. En nuestro caso el enteradillo que se las sabe todas: yo ya he hecho Ejercicios un montón de veces, ya me lo sé...

¡Ojo! ¡Dios te puede sorprender! Hay que estar muy abiertos. Dios puede irrumpir en tu vida en nuevo y en cualquier momento. Dios nos puede y nos quiere sorprender.

2. El pedregal es el superficial, el sensiblero, el sentimentalista. La raíz no puede profundizar. Se da una cierta apertura y se anima pronto pero pronto se desanima. Se hincha, se pincha y se deshincha.

3. Los abrojos o las zarzas representan a los que con apertura y una cierta profundización quieren seguir la Palabra pero quedan ahogados por las zarzas de la riqueza, sea del tipo que sea. En nuestro caso el peligro vendría por las zarzas mentales: por el afán de buscar ideas, de buscar los tres pies al gato, la polémica, o bien por empeñarse en buscar la dimensión científica, lo cultural de la Palabra.

4. La tierra buena es quien —como María— escucha la Palabra y la medita en silencio, en la oración. Empaparse de la Palabra, revolverla en el corazón, contemplar el Misterio.

Estas claves facilitan el clima adecuado para que la semilla dé fruto abundante. El clima es determinante. Basta pensar en la diferencia que hay entre la fertilidad de la tierra en una zona de clima frío y árido o la tierra en una zona de clima tropical.

Estos días son una siembra de Palabra. Hemos de ser ambiciosos en la Esperanza. Hemos de esperar más para poder recibir más. Como Abrahán, como Moisés… pongámonos en camino.

De jóvenes 'macos', tesoros y buenas noticias.

Distintas percepciones de la vida cristiana

Para muchos la vida cristiana es como un código ético que en el fondo está hecho de prohibiciones. O bastante lleno de prohibiciones.

O es renunciar a la alegría, a la libertad, a la creatividad.

O es algo externo, extraño, impuesto desde fuera.

O es un camino duro, pero... que nos lleva hasta el cielo.

....

Una vida cristiana que se plantea como cumplimiento de normas que Dios nos impone, a la larga se reducirá a eso, al cumplimiento. El peligro está entonces en buscar el regateo. Buscar la frontera entre el mortal y el venial. No cruzar la frontera pero quizá rondarla. Y en el fondo envidiar a los ateos, que pueden disfrutar de la vida. Es la actitud del hermano mayor del hijo pródigo:

'Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya,'

Pero... 'Evangelio' significa buena noticia...

La gran revelación de Jesús es que Dios es Padre, nos ama, nos cuida, y que nuestra vida sólo tiene sentido vivida desde el amor, amando y siendo amados. Nos dice que Dios es padre y es amor, y que podemos dirigirnos a Él como padre. El Evangelio es noticia (novedad) y es buena. Jesús nos plantea la grandeza de la dignidad de ser hijo de Dios. Y ahí precisamente radica la dignidad humana, en nuestra condición de hijos de Dios. Dios ama infinitamente a todos sus hijos, independientemente de las capacidades naturales, y si hay alguna preferencia, será por los que más lo necesiten.

Evangelio significa también Jesucristo: Dios-con-nosotros. Hijos del Padre, hermanos de Cristo y en Cristo, templos del Espíritu Santo.

Comenzamos a madurar en la fe y a vivir la vida cristiana como adultos cuando tenemos conciencia profunda de ser amados por Dios con un amor gratuito e incondicional. Un amor que será necesariamente transformante.

Jesús no ha venido a exigir unos cumplimientos. No se trata de ser unos "buenos trabajadores" de la salvación. Jesús ha venido a hacernos vivir, experimentar y conocer el amor de Dios. Esa es la clave.

...una noticia alegre que se complementa con la sed profunda del ser humano

Relato de la Samaritana (Jn 4, 5-42)

5 Llega, pues, a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo José. 6 Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta.7 Llega una mujer de Samaría a sacar agua. Jesús le dice: «Dame de beber.» 8 Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice la mujer samaritana: 9«¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?» (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.) 10 Jesús le respondió:

«Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.»

11 Le dice la mujer: «Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? 12 ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?» 13 Jesús le respondió:

«Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; 14 pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.»

15 Le dice la mujer: «Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla.» 16 Él le dice: «Vete, llama a tu marido y vuelve acá.» 17 Respondió la mujer: «No tengo marido.» Jesús le dice: «Bien has dicho que no tienes marido, 18 porque has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es marido tuyo; en eso has dicho la verdad.» 19 Le dice la mujer: «Señor, veo que eres un profeta. 20 Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.» 21 Jesús le dice:

«Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. 23 Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 24 Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad.»

25 Le dice la mujer: «Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo desvelará todo.» 26 Jesús le dice: «Yo soy, el que está hablando contigo.»

27 En esto llegaron sus discípulos y se sorprendían de que hablara con una mujer. Pero nadie le dijo: «¿Qué quieres?» o «¿Qué hablas con ella?» 28 La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: 29«Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo?» 30 Salieron de la ciudad e iban hacia él.

31 Entretanto, los discípulos le insistían diciendo: «Rabbí, come.» 32 Pero él les dijo: «Yo tengo para comer un alimento que vosotros no sabéis.» 33 Los discípulos se decían unos a otros: «¿Le habrá traído alguien de comer?» 34 Les dice Jesús:

«Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra. 35¿No decís vosotros: Cuatro meses más y llega la siega? Pues bien, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos, que blanquean ya para la siega. Ya 36 el segador recibe el salario, y recoge fruto para vida eterna, de modo que el sembrador se alegra igual que el segador.

37 Porque en esto resulta verdadero el refrán de que uno es el sembrador y otro el segador: 38 yo os he enviado a segar donde vosotros no os habéis fatigado. Otros se fatigaron y vosotros os aprovecháis de su fatiga.» 39 Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por las palabras de la mujer que atestiguaba: «Me ha dicho todo lo que he hecho.» 40 Cuando llegaron a él los samaritanos, le rogaron que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. 41 Y fueron muchos más los que creyeron por sus palabras, 42 y decían a la mujer: «Ya no creemos por tus palabras; que nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.»

El Evangelio es buena noticia que se complementa con nuestra sed profunda. Vemos que la samaritana es una mujer inquieta. Buscaba la felicidad. Es el prototipo del corazón humano. Todos buscamos la felicidad. Si preguntáramos por ahí a los demás qué es lo que buscan en la vida, la respuesta más común sería el ser feliz. Es una característica propia del ser humano. Si conocieras el don de Dios...

El agua es un don preciado (lo era y lo es en Palestina, donde escasea). Pero además del sentido material, en la vida tenemos sed de cariño, de dignidad, de justicia, de paz, de sosiego...

El corazón humano está sediento. Y más hoy en día. El ritmo desenfrenado de vida de muchas personas hoy, es en el fondo denota una búsqueda, una persecución de la felicidad. La gente tiene un vacío existencial y busca emociones, diversiones y felicidad en cosas 'fuertes' como los deportes de riesgo, o la carrera del poder. Nuestro corazón sólo se puede saciar plenamente en Dios.

El encuentro de la samaritana con Jesús pasa de algo casual (la solicitud del agua), a una diálogo profundo y personal, que al final le cambia la vida a aquella mujer y la hace apóstol de Jesús. Es que Jesús ha venido a cambiar nuestra vida.

El que encuentra a Jesús, encuentra el tesoro.

Y eso produce alegría, plenitud y llena de sentido la vida. Leemos en Mt 13, 44-46

44«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.

45«También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, 46 y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.

Vende todo lo que tiene. Pero la alegría de encontrar aquel tesoro, o aquella perla, le hace vencer cualquier dificultad. El valor de lo hallado, supera la fortuna de ambos hombres. Les embarga la felicidad y la alegría. De tal forma que les hace superar con facilidad la natural resistencia que el ser humano suele tener a desprenderse de lo propio.

Es un descubrimiento que cambia toda su vida. Jesús nos dice que eso mismo sucede con el Reino de Dios. Y el Reino de Dios es, en definitiva, la persona de Jesucristo. El encuentro con Cristo es algo de tal magnitud, de tal grandeza, que todo lo demás pasa a segundo plano. El encuentro con Cristo se traduce en una opción totalitaria por Él. No venden —en la parábola— el 50%, ni el 90% de lo que tienen. Sino todo. Lo encontrado supera con creces el valor de lo propio. Nos obliga a una opción radical, rápida y total. Y nos llena de alegría y plenitud. La renuncia se hace con alegría: hacen un negocio redondo.

La experiencia maravillosa de ese encuentro ha de producir en nosotros un cambio radical, una conversión.

Muchas veces, Dios es como una especie de idea, como un valor aceptado y asumido más o menos, pero no vivido en profundidad. Cuando uno se enamora locamente de otra persona, renuncia a hobbies, caprichos, bienes… sin dificultad, porque son un pálido reflejo frente a la luz del nuevo amor. La renuncia es algo natural y no costoso cuando hay amor.

  • ¿He tenido yo experiencias profundas de encuentro con Cristo?
  • ¿Dónde tengo yo el tesoro de mi vida?
  • ¿A qué dedico mis esfuerzos, deseos, acciones?
  • ¿Cristo es el centro de mi vida? ... o es un centro más.

Una vez encontrado ese tesoro, un salto en el vacío: de 'maco' a santo.

Ejemplos de 'macos':

El joven rico:

17 Se ponía ya en camino cuando uno corrió a su encuentro y, arrodillándose ante él, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?» 18 Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. 19 Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre.» 20 Él, entonces, le dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud.» 21 Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme.» 22 Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes. (Mc 10, 17-27)

El joven rico, es un hombre majo, una buena persona. Parece que este joven, más que preguntar a Jesús por un ideal de altura, le está pidiendo al maestro una confirmación de lo buena persona que es y posiblemente espera que le diga que es suficiente con lo que hace. En el fondo no quiere más. Si no, no se explica que cuando Jesús le ofrece la plenitud, el se marche triste.

Jesús le dice: Yo seré tu tesoro. Jesús se propone para ser su centro, su riqueza. El joven pensaba que era libre, pero está atado a la riqueza.

Y una señal de estar esclavizado por algo, es la tristeza. Si el desprenderse de cualquier riqueza produce tristeza, quiere decir que esa riqueza nos esclaviza. Si cuando Jesús nos ofrece algo, nos ponemos tristes, es que estamos esclavizados. ¿Lo tenemos todo y estamos tristes? Quiere decir que somos esclavos.

Otro ejemplo de 'maca' es Santa Teresa de Jesús.

En su Vida C 8 1-4

1. No sin causa he ponderado tanto este tiempo de mi vida, que bien veo no dará a nadie gusto ver cosa tan ruin; que, cierto, querría me aborreciesen los que esto leyesen, de ver un alma tan pertinaz e ingrata con quien1 tantas mercedes le ha hecho. Y quisiera tener licencia2 para decir las muchas veces que en este tiempo falté a Dios.

2. Por estar arrimada a esta fuerte columna de la oración, pasé este mar tempestuoso casi veinte años3, con estas caídas y con levantarme y mal —pues tornaba a caer— y en vida tan baja de perfección, que ningún caso casi hacía de pecados veniales, y los mortales, aunque los temía, no como había de ser, pues no me apartaba de los peligros. Sé decir que es una de las vidas penosas que me parece se puede imaginar; porque ni yo gozaba de Dios ni traía contento en el mundo. Cuando estaba en los contentos del mundo, en acordarme lo que debía a Dios era con pena; cuando estaba con Dios, las aficiones del mundo me desasosegaban. Ello es una guerra tan penosa, que no sé cómo un mes la pude sufrir, cuánto más tantos años.

Con todo, veo claro la gran misericordia que el Señor hizo conmigo: ya que había de tratar en el mundo, que tuviese ánimo para tener oración. Digo ánimo, porque no sé yo para qué cosa de cuantas hay en él es menester mayor, que tratar traición al rey y saber que lo sabe y nunca se le quitar de delante. Porque, puesto que4siempre estamos delante de Dios, paréceme a mí es de otra manera los que tratan de oración, porque están viendo que los mira; que los demás podrá ser estén algunos días que aun no se acuerden que los ve Dios.

3. Verdad es que en estos años hubo muchos meses, y creo alguna vez año, que me guardaba de ofender al Señor y me daba mucho a la oración y hacía algunas y hartas diligencias para no le venir a ofender. Porque va todo lo que escribo dicho con toda verdad, trato ahora esto. Mas acuérdaseme poco de estos días buenos, y así debían ser pocos, y mucho de los ruines. Ratos grandes de oración pocos días se pasaban sin tenerlos, si no era estar muy mala o muy ocupada. Cuando estaba mala, estaba mejor con Dios; procuraba que las personas que trataban conmigo lo estuviesen, y suplicábalo al Señor; hablaba muchas veces en El.

Así que, si no fue el año que tengo dicho, en veinte y ocho que ha que comencé oración, más de los dieciocho pasé esta batalla y contienda de tratar con Dios y con el mundo5. Los demás que ahora me quedan por decir, mudóse la causa de la guerra, aunque no ha sido pequeña; mas con estar, a lo que pienso, en servicio de Dios y con conocimiento de la vanidad que es el mundo, todo ha sido suave, como diré después.

4. Pues para lo que he tanto contado esto es, como he ya dicho6, para que se vea la misericordia de Dios y mi ingratitud; lo otro7, para que se entienda el gran bien que hace Dios a un alma que la dispone para tener oración con voluntad, aunque no esté tan dispuesta como es menester, y cómo si en ella persevera, por pecados y tentaciones y caídas de mil manera que ponga el demonio, en fin tengo por cierto la saca el Señor a puerto de salvación, como —a lo que ahora parece— me ha sacado a mí. Plega a Su Majestad no me torne yo a perder.

Es Una religiosa buena, cumplidora, brillante y simpática. Es 'molt maca', pero eso no la llena, no es suficiente. Molt maca en el fondo es equivalente a mediocre.

Otro caso es San Juan evangelista. Un joven piadoso, con ideales, que buscaba (discípulo del Bautista con Andrés). Pero que pone a su madre por delante para pedir al Maestro los dos primeros cargos del Reino para él y su hermano.

20 Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. 21 Él le dijo: «¿Qué quieres?» Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino.» 22 Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?» Dícenle: «Sí, podemos.» 23 Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre.» (Mt 20, 20-23)

Así que a pesar del trato personal con el Señor, y de escuchar su palabra en público y en privado, era un poco ambiciosillo. Y cuando pasan por Samaría

54 Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?» 55 Pero, volviéndose, les reprendió; 56 y se fueron a otro pueblo. (Lc 9, 54-56)

Pretende hacer quemar un pueblo porque no los recibe. Más tarde, será convertido en santo.

Otros ejemplos de 'macos' convertidos son Pablo de Tarso, Teresa de Calcuta...

Conversión: qué no es, síntomas, comprobaciones

Qué no es la conversión

Visiones incompletas de la conversión:

  • Retoques en la fachada
  • Ascesis para moderar un poco el temperamento
  • Aumentar un poco la oración
  • Incrementar los donativos

Cuando llega la Cuaresma y uno se propone hacer mejoras, o incrementar la ascesis en su vida, fumar menos, ver menos tele, es como hacer una campaña en una ciudad para mejorar las fachadas de las casas (Barcelona posa't guapa), son retoques. Eso no significa una mejora del edificio. A lo mejor tiene aluminosis. Los retoques no transforman.

La conversión no es hacer unas pequeñas mejoras en nuestra vida, en la fachada de nuestra vida. Es acometer la renovación total del edificio. Moderar el temperamento, por ejemplo, está muy bien, pero es insuficiente. Aumentar la caridad, estudiar más, todo eso es bueno, pero insuficiente.

La conversión profunda va más a las actitudes que a los actos. Las actitudes se concretan luego en actos, naturalmente.

Conversión es cambiar el centro de la vida, el eje que vertebra toda la existencia. La escala de valores.

A la hora de considerar el eje de nuestra vida podemos tener:

  • Causas innobles
    vida centrada en el pecado, dinero, en el poder, el placer, la fama…
  • Causas nobles
    la política, el deporte, la música, la investigación, mi profesión….
  • Cristo
    como san Pablo: pues para mí la vida es Cristo, y el morir, una ganancia. (Flp 1, 21)

Por eso es importante encontrar el sentido de las cosas.

Síntomas de la no—conversión

¿Cómo veo que no estoy convertido del todo?

1. Envejecimiento interior

Un corazón joven, es un corazón insatisfecho e inconformista. Los jóvenes de Mallorca que iniciaron el Movimiento de Cursillos eran molt macos, pero insatisfechos e inconformistas. Es joven el que busca descubrir nuevas cosas, el que está inquieto por progresar.

¿Estoy yo satisfecho conmigo mismo? ¿Soy crítico conmigo mismo?

2. La rutina como forma de vivir

Botijos, 'quemados', vegetales y parásitos.

El botijo es el que no se mueve para nada. Donde lo colocas se queda quieto. Sin inquietudes.

'Quemados': desanimados. En vía muerta. Hemos de ser incombustibles, no perder nunca la ilusión, la esperanza.

Vegetales: sin sal, sin intensidad, sin pasión por nada: no valen ni para Dios ni para el mundo.

Parásitos: solo tienen iniciativa para el propio interés.

3. Convertirse en el centro de la vida y del universo vital y mental

Para detectarlo hay que revisar las películas que nos hacemos despiertos. ¿Somos siempre el héroe, el 'bueno' de la película? ¿Cuál es la materia habitual de nuestros sueños (despiertos)?

¿Cuáles son nuestros deseos, nuestras inquietudes?

¿Qué me agobia? ¿Qué me impacienta? ¿Cuáles son mis aficiones? ¿Cuáles mis repugnancias? ¿Qué me es más fácil? ¿Qué me es más difícil? ¿Qué me pone el dedo en la llaga?

Si mi vivir ha de ser Cristo, Cristo ha de ser el tronco de mi vida alrededor del cual se articule todo lo demás: familia, trabajo, formación, diversión, etcétera.

Seguramente tenemos ejes de nuestra vida que son como la raíz de otros (en defectos y pecados)

Engreimiento: concepto inmejorable de mí mismo: autoexaltación. Una buena cura es aceptarse a sí mismo y quererse uno como es.

Vanidad: buscar siempre ser el centro, el aplauso, la alabanza de los demás, preocupado excesivamente por lo que opinan los demás sobre mí. Sufrir por una humillación.

Ambición: deseos de dominar, de prevalecer, figurar, rebajar al prójimo, envidiar a los demás. Decía uno que si se pudiera convertir en millones la diferencia entre lo que opino yo de mí y lo que opinan los demás de mí, me haría millonario. Buscar los cargos por supuesto "a gloria de Dios y servicio de los demás".

Pereza, indolencia. Resulta difícil vivir la ascética con tanta comodidad como tenemos hoy. No hemos de renunciar a las comodidades de hoy, pero no podemos perder la dimensión ascética de nuestra vida. Si no, no casaría con la cruz de Cristo.

Hay que poner intensidad en nuestra vida. Capacidad de sacrificio. Hemos de valer para Dios y para el mundo.

Comprobación de nuestra conversión

Hay en las Moradas8 de santa Teresa una clasificación del avance en la vida cristiana que nos puede ayudar a ir descubriendo nuestro momento actual.9

­ Primeras moradas: «entrar en el castillo»: convertirse, iniciar el trato con Dios (oración), conocerse a sí mismo y recuperar la sensibilidad espiritual. [Almas creyentes]

­ Segundas moradas: «luchar»; acecha todavía el pecado; persisten los dinamismos desordenados; necesidad de afianzarse en una opción radical; progresiva sensibilidad en la escucha de la palabra de Dios (oración meditativa). [Almas buenas]

­ Terceras moradas: la prueba del amor. Logro de un programa de vida espiritual y de oración; estabilidad en él; brotes de celo apostólico; pero sobrevienen la aridez y la impotencia como estados de prueba. «Pruébanos tú, Señor, que sabes las verdades». [Almas piadosas = maques]

­ Cuartas moradas: brota la fuente interior, paso a la experiencia mística; pero a sorbos, intermitentemente: momentos de lucidez infusa (recogimiento de la mente), y de amor místico­pasivo (quietud de la voluntad).

­ Quintas moradas: muere el gusano de seda; el alma renace en Cristo: «llevóme el Rey a la bodega del vino» (V, 1,12); «nuestra vida es Cristo» (V, 2,4). Estado de unión, bien sea «mística» desde lo hondo de la esencia, bien sea «no regalada», por conformidad de voluntades, y manifestada especialmente en el amor del prójimo (c. 3).

­ Sextas moradas: el crisol del amor. Periodo extático y tensión escatológica. Nuevo modo de «sentir los pecados». Cristo presente «por una manera admirable, adonde divino y humano junto es siempre su compañía (del alma)» (VI, 7,9). Desposorio místico. El alma queda sellada.

­ Séptimas moradas: Matrimonio místico. Dos gracias de ingreso en el estado final: una cristológica, otra trinitaria. «Aquí se le comunican (al alma) todas tres personas (divinas)... Nunca más se fueron de con ella, sino que notoriamente ve... que están en lo interior de su alma, en lo muy interior, en una cosa muy honda, que no sabe decir cómo es...» (VI, 1, 6­7). Plena inserción en la acción: «que nazcan siempre obras, obras» (VII, 4,6). Como Elías, «hambre... de la honra de Dios»; «hambre... de allegar almas» como santo Domingo y san Francisco (VII, 4,11). Plena configuración a Cristo crucificado (VII, 4, 4­5).

Pues bien, los macos son los que están en las terceras moradas del Castillo de santa Teresa. No podemos pasarnos la vida en las terceras moradas (si es que ya hemos llegado ahí). Hay que dar el salto y madurar incesantemente en la vida espiritual.