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Hay frases y dichos que me han impactado o que sencillamente me han parecido geniales. De John STEINBECK, escritor estadounidense."De todos los animales de la creación el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir." Bienaventuranzas de santo Tomás MoroBienaventurados los que saben reírse de sí mismos, porque tendrán diversión para rato. Bienaventurados los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque se evitarán muchos inconvenientes. Bienaventurados los que saben descansar y dormir sin buscarse excusas: llegarán a ser sabios. Bienaventurados los que saben escuchar y callar: aprenderán cosas nuevas. Bienaventurados los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio: serán apreciados por los que les rodean. Bienaventurados los que están atentos a las necesidades de los demás sin sentirse indispensables: serán fuente de alegría. Bienaventurados los que saben mirar sabiamente a las cosas pequeñas y tranquilamente a las importantes: llegarán lejos en la vida. Bienaventurados los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desaire: su camino estará lleno de luz. Bienaventurados los que saben apreciar benévolamente a los demás, aun en contra de las apariencias: serán tomados por ingenuos, pero este es el precio de la caridad. Bienaventurados los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar: evitarán muchas tonterías. Bienaventurados los que saben reconocer a Dios en todos los hombres, habrán encontrado la verdadera luz y la auténtica sabiduría. (tomado de la revista Kerygma) Pensamientos (de la Madre Teresa de Calcuta)La vida sin amor no vale nada; Sed bondadosos, generosos, comprensivos. bondad en la cara,
"Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo" (Aldous Huxley) Sobre los hijos, de Gibran Jalil Gibran, extracto de 'El profeta' Vuestros hijos no son
vuestros hijos. Son los hijos y las hijas
del ansia de la Vida por sí misma. Vienen a través vuestro,
pero no son vuestros. Y aunque vivan con vosotros, no os pertenecen. Podéis darles vuestro amor,
pero no vuestros pensamientos, porque ellos tienen sus propios pensamientos. Podéis abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, pues sus almas habitan en la mansión del mañana, que
vosotros no podéis visitar, ni siquiera en sueños. Podéis esforzaros en ser
como ellos, pero no intentéis hacerlos a ellos como vosotros. Ya que la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer. Sois los arcos con los que
vuestros niños, cual flechas vivas, son lanzados. El arquero ve el blanco en el
camino del infinito, y Él con su poder, os tenderá, para que sus flechas
puedan volar rápidas y lejos. Que la tensión que os causa la mano del arquero,
sea vuestro gozo. Ya que así como Él ama la
flecha que vuela, ama también el arco que permanece inmóvil.
Por ejemplo este texto de la Madre Teresa de Calcuta: De la Madre Teresa:Si las personas son irrazonables, inconsecuentes y egoístas, ámalas de todos modos. Si haces el bien, te acusarán de tener oscuros motivos egoístas, haz el bien de todos modos. Si tienes éxito y te ganas falsos amigos y enemigos verdaderos, lucha de todos modos. El bien que hagas hoy será olvidado mañana, haz el bien de todos modos. La sinceridad y la franqueza te hacen vulnerables, se sincero y franco de todos modos. Lo que has tardado años en construir puede ser destruido en una noche, vuélvelo a construir de todos modos. Alguien que necesita ayuda de verdad puede atrasarte si le ayudas, ayúdale de todos modos. Da al mundo lo mejor que tienes y te golpearán a pesar de ello, Dios conoce nuestras debilidades y nos ama de todos modos. El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz. por Ann Wells (Los Angeles Times) Mi cuñado abrió el último cajón de la cómoda de mi hermana y sacó un paquete envuelto en papel de seda. "Este," dijo, "no es una combinación. Esto es lencería." Tiró el papel y me pasó la combinación. Era exquisita; seda, hecha a mano y adornada con encaje, La etiqueta del precio con una cifra astronómica en ella, estaba todavía enganchada. "Jan compró esto la primera vez que fuimos a Nueva York, hace al menos 8 o 9 años. Nunca se lo puso. Lo estaba guardando para una ocasión especial. Bien, Creo que esta es la ocasión." Me cogió la combinación y la puso en la cama con las otras ropas que estábamos preparando para el de la funeraria. Sus manos se entretuvieron en el suave tejido por un momento, entonces cerró de golpe el cajón y se giró hacia mí. "Nunca guardes algo para una ocasión especial. Cada día de tu vida es una ocasión especial." Recordé aquellas palabras durante el funeral y durante los días siguientes cuando les ayudé a él y a mi sobrina a ocuparse de todas las tristes tareas que siguen a una muerte inesperada. Pienso en ellos en el avión de vuelta a California desde la ciudad del Medio-Oeste donde vive la familia de mi hermana. Pienso en todas las cosas que ella no vio u oyó o hizo. Pienso en las cosas que hizo sin darse cuenta que eran especiales. Todavía estoy pensando en sus palabras, y que ellas cambiaron mi vida. Estoy leyendo más y quitando menos el polvo. Me siento en el suelo y admiro la vista que tengo delante sin preocuparme por la mala hierba del jardín. Estoy dedicando más tiempo a mi familia y a mis amigos, y menos tiempo en reuniones de comités. Siempre que fuera posible, la vida debiera ser una forma de saborear, no de soportar. Estoy tratando de reconocer esos momentos ahora y apreciándolos. No estoy "guardando" nada; utilizamos nuestra mejor porcelana y cristalería para cada acontecimiento especial como perder medio kilo, conseguir desatascar el fregadero, la primera camelia que florece. Llevo puesto mi mejor chaqueta cuando voy al mercado si me apetece. Mi teoría es que si tengo aspecto boyante, puedo gastarme 28,49 dólares en una pequeña bolsa de comestibles sin achicarme. No estoy guardando mi mejor perfume para fiestas especiales, los dependientes en las ferreterías y los cajeros en los bancos tienen narices que funcionan tan bien como mis amigos de las fiestas. "Algún día" y "uno de estos días" están perdiendo significado en mi vocabulario. Si vale la pena ver, oír o hacer algo, quiero verlo, oírlo y hacerlo ahora. No estoy segura de lo que mi hermana hubiera hecho si hubiera sabido que no estaría aquí para el mañana que todos nosotros damos por seguro. Creo que hubiera llamado a familiares y unos pocos amigos cercanos. Quizá hubiera llamado unos pocos viejos amigos para disculpar y reparar obstáculos de peleas pasadas. Me gusta pensar que hubiera salido para una cena en un Chino, su comida favorita. Creo que nunca lo sabré. Son estas pequeñas cosas dejadas sin hacer las que me harían enfadar si supiera que mis horas están contadas. Enfadada porque pospongo el ver buenos amigos a los cuales debía contactar -algún día-. Enfadada porque no he escrito algunas cartas que he pensado escribir -uno de estos días-. Enfadada y preocupada porque no le dije a mi marido y a mi hija bastante a menudo cuánto les quiero realmente. Estoy intentando tenazmente no posponer, retener or guardar nada que añadiera brillo o alegría a nuestras vidas. Y cada mañana cuando abro mis ojos, me digo a mí misma que es especial. Cada día, cada minuto, cada respiración verdaderamente es un regalo de Dios. (Versión original en inglés)
Que nenhuma família comece em qualquer de repente Que nenhuma família se abrigue debaixo da ponte. Que a família comece e termine sabendo onde vai. Abençoa, Senhor, as famílias Amém. Que marido e mulher tenham força de amar sem medida. Que marido e mulher não se traiam nem traiam seus filhos. Que a família comece e termine sabendo onde vai. Abençoa, Senhor, as famílias Amém. Del Padre Zezinho, enviada por Eduardo F. Diniz, de Brasil. Versión Midi. Señor, dame un poco de sol, un poco de trabajo y un poco de alegría. Dame el pan de cada día y un poco de mantequilla. Dame una buena digestión, Señor, y algo que digerir. Dame un alma que ignore el aburrimiento, los lamentos y los suspiros. No permitas que me preocupe excesivamente de esta cosa embarazosa a la que llamo «yo». Señor, dame humor para que saque un poco de felicidad de esta vida y así ayude a los demás. Dame una pizca de canción para mis labios y una poesía o una novela para distraerme. Enséñame a comprender los sufrimientos sin ver en ellos una maldición. Dame sentido común, pues lo necesito mucho. Hazme, Señor, bueno, un alma desprendida, tranquila, apacible, caritativa, benévola, tierna, compasiva. Que tenga en todas mis acciones, en todas mis palabras y en todos mis pensamientos, el gusto de tu Espíritu santo y bendito. Concédeme una fe plena, una esperanza firme y una caridad ferviente; que no quiera nada contra tu voluntad, sino todas las cosas en función de ti. Rodéame de tu amor y de tu favor. Amén. Santo Tomás Moro
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